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¡Las dos a la final!

Cabezas que giran hacia las grandes y hacia las chiquitas

Una madurita que en el gimnasio se puso durita o una jovencita sin nada de pancita. Esto es lo que parecen decir los ojos de los hombres cuando miran a las maduras o a las jóvenes que se van cruzando.
Entre las charlas frívolas, podría decirse que es el tema del momento. Ellos tocan el tema en forma diferente a nosotras, en su caso  lo hacen con admiración y en el nuestro con irritación. 

No dejemos que este temita de la edad sea una charla exclusiva de ellos. Aunque sepamos cómo piensan, o lo poco que piensan cuando de curvas se trata.
Si fuiste linda y codiciada de chica, no vas a querer ser una dejada de grande, y si no lo fuiste tenés que ir por la revancha. Hay que dejar de lado la irritación y apuntar a llegar a grande en las condiciones de una MILF.
El feminismo está mutando, eso de la mujer mostrándose como dedicada a proyectos personales, independiente, fuerte y valiente en contraposición de la linda hueca sin pensamientos profundos ya fue.  No es excusa tener logros profesionales, muchas ocupaciones o ser rica por dentro. Ahora el nuevo combo es con todo incluido.

Aparecieron unas hijas de puta que nos empujan a dar un paso más, que tienen todo, que no les entra un “peeero” por ningún lado. El nuevo feminismo nos lleva a ser más exigentes, a nunca dejar de apuntar a nuestros objetivos de realización personal o profesional, a ser hermosas por dentro, a reconocernos  únicas, y encima no solo a ser interesantes, sino a ir más allá, a estar buenísimas.   
Si logramos todo esto, no hay manera que nos irrite la discusión babosa de los hombres respecto a la edad de las mujeres.   
Nosotras podemos tener el combo completo y elegir, como siempre, pero apuntando a más.

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